sábado, 23 de febrero de 2013

EL PLAN DE DIOS





Extiende los ríos y mares de la tierra,
arroyos, ciénagas y cataratas.
Déjalos varados, como buques abuelos
sobre los labios del hombre codicioso y avaro.

Afanemos el espíritu.
Participemos de las guerras médicas.
Seamos sexuales pitonisas
que depositan calurosos hedores
sobre icebergs de plastilina.

Y yo digo:
No se acostumbren al sol
Ni a la montaña Rifean
Ni a las apacibles bestias
Ni a la economía de la época.

Y la poco densa espuma de afeitar dice:
Hay poco tiempo y tanto por hacer.
Hay poco tiempo y El Plan de Dios agotado.
El Plan de Dios en la alacena.
El Plan de Dios en frascos de mermelada.
El Plan de Dios y la sangre, el cobre, el aluminio.

La tribu de los Griegos y Atenienses:
Sea Pitágoras uno de nuestros representantes.
Arquímedes: adeptos somos de los círculos de arena.
Nosotros no estamos en El Plan de Dios.

Definitivamente.


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