Extiende los ríos y mares de la tierra,
arroyos, ciénagas y
cataratas.
Déjalos varados,
como buques abuelos
sobre los labios
del hombre codicioso y avaro.
Afanemos el espíritu.
Participemos de
las guerras médicas.
Seamos sexuales
pitonisas
que depositan
calurosos hedores
sobre icebergs de
plastilina.
Y yo digo:
No se acostumbren
al sol
Ni a la montaña Rifean
Ni a las apacibles
bestias
Ni a la economía
de la época.
Y la poco densa
espuma de afeitar dice:
Hay poco tiempo y
tanto por hacer.
Hay poco tiempo y
El Plan de Dios agotado.
El Plan de Dios en
la alacena.
El Plan de Dios en
frascos de mermelada.
El Plan de Dios y
la sangre, el cobre, el aluminio.
La tribu de los Griegos y Atenienses:
Sea Pitágoras uno de nuestros representantes.
Arquímedes: adeptos somos de los círculos de arena.
Nosotros no estamos en El Plan de Dios.
Definitivamente.
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