domingo, 30 de diciembre de 2012

LEONARD COHEN - "One of us Cannot be wrong"


LOS HERALDOS NEGROS - Cesar Vallejo*




Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé.
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé.


Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.


Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.


Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.


Hay golpes en la vida, tan fuertes ... Yo no sé!





* Cesar Vallejo (Perú, 1892 - París, 1938), es -según la critica de Thomas Merton- "el más grande poeta universal después de Dante". 


DE HOJA DE AFEITAR - (Fragmento)



Vanidad del Partisano
¡Oh lamina bruñida!
de la atrincherada cara,
forma a la belleza, da


jueves, 20 de diciembre de 2012

ORGASMOS TODA LA VIDA



¡Oh Dios de Jacob!
Ahora yo te pido:

No sean mis venas peldaños
de coagulado mosto,
por los que presurosos suben
legiones de lo mundano
hasta mi mente y corazón.

Amén.


VIDENCIA






El árbol de la ciencia,
estaba erguido en un jardín
de plata e incienso.
Su tronco era como vidrio
y cada hoja de cristal, era.

Y cada fruto del árbol
estaba fabricado de oro refinado
y bajo ellos,
una hojarasca de lucidas estrellas.

Juro por mis ancestros
que Heracles también estuvo allí.
En cosecha de manzanas
anhelando redención, estuvo.

Un ángel de victoria,
en forma de águila,
custodia el artificio
posado entre las ramas.

Saetas y espadas,
Arcos y flechas,
impregnados de azufre y fuego
ahora son diseñados.
Cada una, su carne y hombre,
conocen.

Una mujer brota de la tierra.
Florece como olmo ártico.
Ahora tan fría y lívida,
derrite el sol, sus ojos de hielo.

Nosotros vimos los atavíos de novia,
y los amoríos del cordero.
Una mujer brota de la tierra
en un patio de Jerusalen.

¡Oh cánticos estériles!
Estamos herméticamente alienados
de su festivo bullicio.
No admitimos sus juegos de verano
ni sus propagandas nazistas.

De los tímpanos centinelas,
bruñidas hojas de afeitar.
En alianza de platino y escarcha,
horadan las palabras que perturban el corazón.

El árbol de la ciencia
estaba erguido en un jardín
de plata e incienso.
Su tronco era como vidrio
y cada hoja de cristal, era.




lunes, 17 de diciembre de 2012

EL LAGO





Alzado crezco frente a El Lago.
Tan enseñoreado ahora, me pronuncio sobre él.
El golpe de pluma del ave que irrumpe,
En ondas mancilla el húmedo rostro.

Izado en el asta de las orillas, veo:
La sombra del filósofo ahogarse por mí.
Insurrección de piedras y pesados cuerpos
-abajo, allá en el fondo-
Contra la inercia y la gravedad.

Y nuestros huesos y retículas, y rodillas y carnes,
Atados al cuerpo del madero
En la bendición del falso compromiso.

Del fragante hedor enamorados, nosotros
¡Oh cedro del Líbano!
Somos ahora como un crucifijo de papel,
Soldado a la verja de fuego.

Pura y blanca virgen,
Ceñida de bruñidas florituras
Cual Penélope de Homero
Aguarda al de Tishbé

¡Oh desciende del cielo, flama!
Ardan como en hogueras nuestras cruces de estaño,
“… como plata refinada en horno de tierra,
Purificada siete veces…”

Ciérnete Elías sobre nieblas y espumas.
Y capas de agua y aire.
A cada extremo se aviva su angustia:
¡Consume su densa gracia en el Cison!