martes, 28 de febrero de 2012

HAY UNA CRUZ EN EL SASO - MAS BIRRAS


Qué descubrimiento oligofrenico!
Un panne monumental favoreció un letargo en el hemisferio de la matemática...
De las entrañas de otro tiempo, el Montaraz se hizo amigo de un mastín...



lunes, 27 de febrero de 2012

DE LA IGUALDAD DE GENERO Y OTRAS ENSALADAS


Una aproximacion insinuada en lo que refiere el tema de igualdad de generos, prescribe en cierto grado el trasfondo de lo social y cultural principalmente, aunque en detrimento de incurrir en segregaciones y fragmentaciones personales, es preciso reconocer la existencia de cánones intrínsecos que nutren la problemática.

De cara a la galería, rios de tinta se han desecado en funcion del auge de las teorizaciones y apologías, (validas desde toda óptica), emanadas por el erudito y el filosofo in situ que adendado se adhiere al susodicho.

El Montaraz pretende con la presente entrada, realizar el estimativo de una variable marcada que desde el estrado de la defensoria de los derechos de la mujer (respetables, imperecederos, inalienables, el maltrato contra la mujer es un acto vil y despiadado que solo practican los cobardes) ha gozado de prescindibilidad; un carácter subjetivo, una inclinación marcada y casi evidente en todos los menesteres que suscitan la supresión de lo inadecuado e inmoral (inmoralidad entendida como el conjunto de procederes que en dado caso atañen en repercusiones al llamado imperativo hipotético).

La equidad no existe, la equidad de genero es un sofisma, es un concepto vago que ha sufrido una degradación metódica y una obstinación casi absurda al ser blanco de tiro de discursos, tertulias, artículos periodisticos, programas de farándula y productos para el cabello, que a la larga carecen de la sutileza y a la vez de la profundidad necesaria para asimilar la verdadera magnitud y la envergadura real de un problema que adquiere una desvirtualizacion casi humillante.

La equidad carece de la significancia y de un carater relevante, porque precisamente -y es lo paradójico- no se administra (¿quien la administra?, ¿que potestad tiene?) con equidad, en la justa medida, para hombres y mujeres, entidades integrables en partes congruentes de la sociedad; es decir, la existencia de maltratos, el registro de muertes, asesinatos, lesiones que se han cometido de parte la población femenina mundial hacia la masculina, no es preponderante, al menos de IGUAL manera al trato que se le puede dar a una situación extrinsecamente reciproca.

"Cuando el hombre agrede a la mujer, las demás la defienden, eso es defender el genero, pero cuando una mujer ataca a un hombre, y los demás lo defienden, eso es machismo"; la simplicidad de un cuasi-silogismo, desde los lentes de la coloquialidad, que devela la parametrizacion errónea que ha adquirido una avanzada mundial que -a consideración del Montaraz- carece de fundamento, en la medida que el concepto de equidad continué en una aspersión totalmente inequitativa.













viernes, 24 de febrero de 2012

DE TODO EL MUNDO - ENRIQUE BUNBURY

APERTURA AL MONTARAZ


El poco licor violáceo que dejo vacía la botella con la que se inaugura este barco, me obliga casi en forma obstinada a hablar del montaraz...el montaraz como entidad, como valía perpetua de algo que fue y que ahora no lo es más, del rastro y de la trascendencia pura, de la huella inmarcesible de un sueño que bailoteo cual gota de lluvia y que de bruces, se estampo en el perfilado rostro de aquella que idolatró.


El montaraz no busca la gloria ni el respeto en las masas, porque sabe de antemano que carecen de tales trofeos, indignos de la escoria mundana...y en ese trivializado predecir, embotado en carne de animal, prefiere caminar por senderos de tierras baldías, privándose así de los consuelos que ofrece la comunicabilidad.


El montaraz vive como un señor y como un esclavo, como un feudal y como un sirviente, existe en la antítesis de la razón del ser, en la ambigüedad del daltónico, en la ambivalencia del día; deambula entre la luz y la oscuridad, entre el miedo y el valor, entre la minoría de edad de su admirado Kant y la vejez que sabe lo argentará; el montaraz coexiste en el futuro y en el pasado, en los recuerdos que le remembran porque huele a lo que huele y porque sabe a lo que sabe; vive el montaraz de ciudad en los retazos de una memoria maldita que añora cambiar con presura por hogazas de amnesia.


Por ahora será así, no cambiara, es lo que fue pero es lo que hay e irremediablemente tendrá el mismo efecto siempre; bienvenidos al festín, al antifaz, a la máscara, a la idea, a lo políticamente incorrecto, a lo soporífero y satisfactorio, a lo que corrompe y alecciona en la justa medida; soy el montaraz que reposa en el regazo de la duda y de la discordia, el que ofrece manjares de abril o manzanas putrefactas, el de las rosas siempre espinadas, el de la noche de luna jamás, el que entre destellos de amores divisa lo que la parca pálida avisa en realidad, una verdad mal vista, una mueca, una sonrisa fingida, eso es el montaraz de ciudad.