martes, 26 de junio de 2012
EVERYBODY KNOWS - LEONARD COHEN
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that's all, I don't even think of you that often..."
DESCUBRIENDO A COHEN - Parte 1 De ...
Décadas de oro, reducidas a oxido, fosas por catre, lustros en el suelo que el sable de la amnesia cercenó. "the future is murder".
Pases por cortesía de George
Wells, ameritan borsalinos en la cita con Cohen. Nunca exhumadas, horas y
minutos, danzan libérrimas en los campos del elíseo. En balsa febril, en tutela
de Caronte, surca El Montaraz corrientes de letras profundas.
Caminar a tientas por somnolientas
necrópolis, como emisarios del día sin temor, es descubrir a Cohen. Descubrir a
Cohen en el siglo del olvido, la vergüenza filosófica, la parca metafísica, es
desconectar las luces de neón del anuncio insulso, parco y banal. Es palpar sin
sutileza lo intangible de la sordidez, sin desatinar. Resucitar en la hora
musical, historias crucificadas en los escaparates de tower records, es
descubrir a Cohen.
Abstracto de oropeles, la
hecatombe del mundo resulta fútil; la terrible sobriedad de la hora quince
huele a sangre de mandolina, bandurria y laúd.
Preso de inmutaciones, esquivo el
transito bullicioso de nubes, en la autopista de los corazones acelerados.
Aditamento algodonesco por cota
de malla, hija de época oscura. Deambula tranquilo El Montaraz con la nariz
congelada, en las gélidas llanuras de una mesa de disección.
Eutanasia de recuerdos, para el
libidinoso paraje del 25 de septiembre, el camarero eros y mi humor Johnny
Walker.
Aún recuerdo tu olvido, aún te
recuerdo en el "Chelsea Hotel"
Turmalinas ofrezco
por el costado de dios,
vacías cajas de
pandora por la venganza de su mano,
por las copas de la
ira, por el corcel blanco;
¡Asiente con premura!
Un chelín por siete
plagas, un rublo por el babilonia ocaso;
Vendetta por
esperanza, ¡elocuente trato!
"La guerra termino, todo el
mundo lo sabe" susurra Cohen con alijadas voces, y con hoces de Berlín, homicida
de los contratos teológicos, es.
Percal abaratado en las
habitaciones contiguas del gran mausoleo; el huésped calcinado de sed en la
celda 29 de 1984; y vi en las vitrinas del hospedaje definitivo mármol
cincelado: letras doradas de nombres polvorientos -condenados o laureados- al
sueño sin respiro, al sueño sin sueño.
Diez años de desazón para El
Montaraz, y en la casa de la honestidad, sentencia de aburrimiento: Veinte años
para Cohen; ruge harmónica azteca de bóreas, Ehécatl, en la sala de espera del Gulag.
Sombrero de montaraces ofrezco y
mujeres ojos de ratón, el pestillo echado a perder, luz de luna en charcos de vino,
veinte francos y el de Tormes lazarillo, por las 4 líneas de tu tercera
estrofa: "You loved me as a loser, but now you're worried that I just
might win, you know the way to stop me, but you don't have the discipline".
Suicida embrumada memoria en las píldoras
de la valentía juvenil. Puñaladas indoloras de hulescos filos; “Y he
descubierto un cielo nuevo, y una tierra nueva: porque el primer cielo y la
primera tierra se fueron, y el mar ya no es".
De biblia pasajes,
Exégeta de afición.
De Hades hagiógrafo, es y soy
Papiros teñidos de
tinta marrón color.
Descubrir a Cohen
como El Montaraz descubrió,
Reliquias de guardia
vieja, el brazo de oro oxidado,
el comodín, the
stranger song
¡Salve ronín
canadiense! ¡Salve maestro de la desesperación!
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