domingo, 24 de marzo de 2013

VARIACIONES




Un hombre sin rostro,
que toca el teclado.
Haciéndose con profundas
muestras de admiración.

Un alto pináculo
balancea un cuerpo desollado.
Como galardón: lagos de sal.

Yo les veo erguirse
-al este-
como dos torres de oro y bronce.

El cielo es oscuro.
Estériles los campos.
Evaporados como volátil gas.
Sean ahora en licuefacción.
Es una orden!

En que momento sucedió esto?
Yo amaba este lugar.
Son como seoles.
Avernos a los que se puede ir de visita.


ESCUDO DE HIMEN





Ve,
siembra tus cucharas de plata
sobre la alta colina.

Ve,
haz un pacto de soledad con luna.
Sea tu mandíbula esta noche por su cielo.
Sé una mancha en su pintura de cráteres.

Y yo te digo Buda:
Sea tu beso signo del favoroso
aplauso y complacencia
para con nuestro lirio.

Ah! pero yo no dejare mis campos y mis tierras por ti
Ah! pero yo no me iré lejos de aquí
Surgiré, pacientemente quieto de entre esta nación
hasta convertirme en cañaheja.

Abandona tu intachable
escudo de himen.
Ya no te servirá mas.
Ya no será tu pequeña capa
en los santuarios de Elías y Moisés.

Ya te dije
que un cementerio traigo en la boca.
Si quieres, puedo hacer que sea como celebre canción.
Haré que suene como agua y como acero.

REY DAVID





 Rey David,
Rey David,
hizo languidecer sus propios versos,
si,
los hizo polvo en frente del viento.
Los estiro como cabellos,
como chicle de opio.

De caudales y vertientes, fabricado.
Gran azote había dentro de él.
Bravías guerras sobre sus religiones.
Sus huesos hollados.

Hoz de esta mies,
sus auges como libélulas,
que hacen el baile efímero
de la inmortalidad de un día.

Centinela de las nubes,
¡Oh mi pequeño aviador!
Tu que hacías brillar la luna
desde tus rodillas de marfil.

Cánticos de tristeza
en tu oscuro sabbath:
gimió debajo del cielo
y como gorrión se hizo hermoso.

Le vio dormir, una telaraña,
la elaborada cazadora de planetas.
Sobre él, líneas de tren,
cardos y margaritas.

Y diminuto punto azul, fue,
a 6000 millones de kilómetros
de los ojos de Dios.
El universo también durmió.

sábado, 9 de marzo de 2013

BELLÍSIMO CRIMEN



Yo no estaba informado
de tus viajeros, querida,
de tus muy fríos muertos
del tabor.

Yo estaba aquí,
soñando con tigres.
Pequeñas bestias llegaron bajo mi mano.
Yo estaba aquí,
alzándome lejos del centro del mundo.

Registramos tu bellísimo crimen.
Su órgano, asido por tu mano de bronce.
Sus carnes, como bandera en alto hachón.
Ahora sabemos de tu impoluta capacidad.

Dentro del lagar de Job
estaré sangrando indefinidamente.
Voy a hurgar tu llaga, Jeremías
Seré como un suicida japonés.

Deja huérfano a tu coro de ángeles.
ven aquí conmigo.