martes, 12 de febrero de 2013

AL SANTO






No tengas miedo
elucubrada entidad.
Ni en tus fibras ni membranas.
Nuestros rezos son inofensivos.

Así que trae tu delicado lino
cerca de donde estamos arrodillados.
Haz tranquilo el baile
del manzano en los campos.

Ciérnete adyacente
prolijo y destacado artificio.
Ciérnete adyacente
de nuestros segundos.
Estamos fabricados de tiempo
tanto como los relojes.

Protege nuestro cortejo
en ánforas de martilleado material.
Limpia nuestra marca, elucubrada entidad.
nosotros no somos Caín.

Degrada nuestra marca
tal como se evaporan los cometas,
en las esbeltas copas
de occidentales vinos griegos.

Pero separan nuestros deseos
un millón de hombres.
Un millón de peldaños de carne.
Permite que erijamos
nuestra anticuada ciudad
en la cabeza de un alfiler.

Así que arrastra las espaciosas tierras y valles
y ven,
trae tu escalpado césped
bajo nuestro parasol.
Contempla los cimientos
que forjados, hicimos
lejos del lienzo de lluvia
para tus fanáticos.



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