lunes, 12 de noviembre de 2012

ELLA





Osó domeñar la noche
en la ciudad de Morfeo.

Ella pendiendo del cielo
como de un madero de horca.
Nosotros, de reducidas carnes
en la inanición del amor.

Tan refulgente, ahora,
la extensión de su rostro
ardía y crepitaba
como en emanaciones de neón.

Y posándose la nube
sobre su fuego eterno,
opaco la luminosa espora
de nuestras memorias.

Sometida a las montañas,
descanso las rodillas en las protuberancias de la tierra.

- "Destruiré sus costumbres"
Dijo a su padre.
Dijo a su madre.
Y ellos asintiendo el belicoso acto,
le dotaron de lanza de justicia
y le otorgaron potestad para aplacarle.

- "Subiré por el tronco de tu esbeltez" - Dije
"Hasta el caos que hay en un cielo lila.
Apoyado en cada rama, irrumpiré en el huracán del dolor"

Respaldados por sol,
tan tristes y resucitados ahora
en la añoranza de la noche.
Vencido cada parpado
de la somnolienta voluntad.





No hay comentarios:

Publicar un comentario